Hasta ahí llegue, como ya lo había hecho en dos ocasiones anteriores, pero hoy era diferente, había como cuatro veces más gente, esquive a algunos fieles y logre entrar al templo, una vez atrapado ahí, ya no pude salir, escuche la misa de 12, entre una mezcla de todos los olores conocidos, vi gente llorar, orar con fe y esperanza en sus ojos, otros mas con mirada de desesperación, pero todos unidos en una misma energía, la fe, la esperanza y la necesidad de que una fuerza divina vendrá a cambiar nuestro destinó y nos dará nuevas y mejores oportunidades.
Gritos, porras, vivas, agua bendita callendo por todos lados, a la salida esculturas del Santo en todos sus tamaños, cientos de alcancias reciben dinero del que menos tiene, pero que lo poco que tiene lo comparte, porqué su fe le indica qué eso que da se puede multiplicar.
No sabía que era más fuerte si el olor a Mota o el olor a incienso, no sabía que era más fuerte si la fe de cientos de fieles de todas las clases sociales o el amor con el que cada mes acuden a este lugar. No sabía que era más fuerte si la energía que ahí se concentra o los cientos de peticiones que depositan en las urnas de cristal.
Sólo llegue a una conclusión, todos necesitamos creer, porque creyendo salimos adelante y saliendo adelante podemos lograr lo que nos proponemos, con ayuda divina o con fuerza de voluntad, pero todo esta en nuestra actitud y si San Judas logra mover a tanta gente y esa gente tuviera más Fe en si misma, como se la tiene a San Judas, este país sería diferente.